lunes, 26 de julio de 2010

.::La cena romántica:::.

Lo podía tomar como cualquier otro día, Alfredo paseaba en círculos arropado solo con su piel y el carmín fresco y brillante salpicado por las partes de su cuerpo que alcanzó, la habitación parecía reducir su volumen y una sensación de encierro parecía aumentar la temperatura, el calor desnudo hacía mezclar el sudor con sangre. No existía culpa, no había razón, era un héroe, la causa vale cualquier sacrificio, el corazón bombea acelerado, intenso, ¡cuanta excitación!, mirando sus palmas, detenidamente, culpables e inocentes, "que hambre" mencionó, tomando del muslo ritual de su primera obra de arte, besando la maltrecha extremidad de su nueva amante, nívea y dulce, la encantadora protectora de ese medio bajo el vientre, tan hermosa lucía en ese momento, tan pacífica, la amenaza estaba tranquila, podría besar una y otra y otra vez su corazón, tomándolo en sus manos lo miró como si no existiera mañana, lo besó delicadamente y pasó por el sus mejillas, apagando sus ojos, pasándolo una vez tras otra como tratando de adivinar lo que es por su sensación al tacto, es el momento en que los pensamientos corren por sus nervios simplemente es un momento tan íntimo entre su cuerpo y el húmedo símbolo de su amor, después de morderlo lentamente comprendió lo que acababa de suceder, había conocido por fin el calor de una mujer, el sexo y la familiaridad de sus instintos más naturales, más apacibles.
Abrí a ti mis puertas,
sin rebozo, la cavidad de tu pecho albergó mi humanidad,
nunca hubo nadie más desnudo,
más al fondo de ti me hice guardar,
te hice limpiar tu impía existencia,
me bebí tus pecados,
te cogí con amor y rabia,
regalé tu espíritu al Tártaro,
cuánto te amo, !cuánto te amo ahora¡,
cuánto te amaré por siempre, miraré al cielo y te veré, así como hoy
así como estás, anónima puta pindonguera
actriz de lo impuro, romántica experta,
en realidad nunca luciste tan bella,
nunca derramaste tantas lágrimas,
nunca gemiste mejor,
cuando tomé para mi tus labios y me los bebí,
mi preciosa ramera,
hoy te entrego al señor, libre, libre de todo,
al entregarte mi cuerpo virgen, expié tu espíritu,
es el mejor regalo que le puedo hacer a mi esposa,
tan preciosa zorra, furcia, ruposa,
cerda malnacida,
esposa mentirosa, mujer totalmente,
te entrego lo mejor que le pueden dar a una
dama cómo tu,
todo el amor que un hombre puede dar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

no hay un modo, no hay un punto exacto
te doy t o d o y siempre guardo algo...