Ya comienzo mi primera semana de clases en el conservatorio de música, se puede decir que pintan bien las cosas y la intitucionalización ayudará. Ya van pasando poco a poco las horas y obviamente la parte más tediosa son presentaciones y clichés de los cuales al pasar de los años y de tantos músicos que conozco la pereza que me da escucharlos es enorme. Me pude reencontrar con los puntos sensibles que aprecio de la música, fue algo complicado gracias a tantas molestias con las bandas de covers, los integrantes y esos trabajos mal pagados pero principalmente las limitaciones que intentan poner a mi manera de tocar, mi manera de arreglar y demás, vuelve simplemente un retroceso terrible el tocar con ellos pero al menos en casa consigo el ritmo que necesito y al menos también en el Barro Café, me expreso un poco mas, al menos un poco mas. En este par de días de clase aun a la gente que conozco en esa escuela, al igual que me sucedía en Martell opté por el silencio y ha sido mi doctrina de este par de años, ha hecho y deshecho muchas cosas y lo único en lo que realmente me afectó es en el escribir, un lado fundamental en mi que poco a poco voy recuperando. He pasado los últimos dos meses viendo como sale el sol al menos unas cuatro veces en la semana por mis problemas de sueño, aun tan cansado como esté la cama (o la colchoneta) me sacan de ahí, sueño despierto durante mucho tiempo, pero es mi cuerpo y el papel los que me exigen ese descanso afortunadamente algunos malos hábitos están siendo menores esta último par de semanas. Ganamos un partido recientemente, eso sí es noticia! Pero en fin hay muchas cosas que están siendo muy dañinas y si bien no pienso huir de todo eso al menos pretendo que el daño sea el menor y todo eso que me alegra tanto el día fomentarlo cada vez mas.
Paz...
