Los constantes ir y venir a México (2 horas por viaje en promedio, 4 en total) provocan que pensamientos se disparen para evitar los coros de canciones que tanto me desagradan y en el metro venden sus 100 éxitos en formato mp3 con su amplificado que permita que hasta el sueño mas profundo de los pasajeros se vea anulado, no me queda mas que pensar, cosa que de lo que me afecta a la hora de tocar la almohada. Cuando las cosas suceden de esta forma y cuando tantas realidades te golpean en la nariz después de unos cuantos meses es curioso el encontrarse con los aliados potenciales en los lugares menos inesperados, antiguos aliados que ahí están y también toparse con algunas cosas chuecas donde tampoco lo esperabas. Es buena hora de ver por sí mismo los desvaríos y las irregularidades en los ambientes que uno cree mas confiables. Es tiempo de poner a cada quien en su lugar y no mirar atrás.
Que la fuerza los acompañe!
.::Hebert::.
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