Suspiro recostado con la brisa calurosa
cansado esperando que el sueño me lleve de la mano a un mejor lugar
el apagón de la tarde mermó mi calma, pero despertó lo de siempre,
con la constancia de que mi boca permanece cerrada prácticamente toda la semana,
las pláticas conmigo mismo son las constantes,
contento a pesar de mi sigilosa vida,
sigo siendo muy humano...